Dicen que al que madruga, Dios le ayuda. Aunque este adagio sigue siendo cierto, convertirse en una persona madrugadora es más fácil de decir que de hacer. En teoría, ampliar tu día y tener más tiempo para tachar cosas de tu lista de tareas suena genial. Nada se compara con la emoción de disfrutar una taza de café o té caliente mientras ves salir el sol.
Sin embargo, tu mente en reposo simplemente funciona de manera diferente. Cuando la paz y la tranquilidad son tan difíciles de encontrar, la mayoría de nosotros simplemente no queremos levantarnos temprano y a menudo elegimos ese periodo extra de sueño. Si estás buscando romper este ciclo difícil y convertirte en esa persona madrugadora que envidias, sigue leyendo para encontrar los pasos sencillos hacia el éxito.
Creando Tu Horario de Sueño
El objetivo es apuntar a las muy recomendadas 8 horas por noche de sueño tan a menudo como puedas. Establecer una hora de dormir objetivo durante las noches de entre semana te permite dedicar una hora completa o más cada mañana a una rutina de ritmo pausado.
Comenzando Poco a Poco
La mayoría de las personas madrugadoras te dirán que su día comienza con un proceso realmente gradual. El mejor plan es desarrollar una rutina matutina que te energice. Al llenar tu mañana con tareas estresantes, te estás preparando para agotarte rápidamente. En su lugar, comienza cada día con algo tranquilo como ejercicio ligero, yoga o meditación.
Manteniéndose en una Rutina
Así como con cualquier plan exitoso, una rutina es importante para el éxito. Salir tarde los fines de semana y dormir hasta tarde está bien de vez en cuando, pero puede desviar tu camino si se hace en exceso. Haz tu mejor esfuerzo por mantener un horario de sueño constante y usa tu despertador para ayudarte a lograrlo.
Gestionar la Luz y la Oscuridad
Nuestro ritmo circadiano está impulsado por la luz y la oscuridad. La manera más efectiva de utilizar esta información es maximizando la oscuridad al tratar de dormir y maximizando la luz al despertarse. Abre esas persianas por la mañana, abre la ventana y deja que la luz del sol entre. Te sorprenderá lo rápido que esto te revitaliza.
Moviendo tu Despertador
Apuesto a que notas lo fácil que es presionar el botón de repetición en tu despertador y seguir durmiendo. Esto hace que tu alarma matutina sea ineficaz. Colocar tu despertador al otro lado de la habitación te obligará a ponerte en movimiento. Luego, depende de ti seguir moviéndote y comenzar tu día.
Disfrutando tu Mañana
Llenar tu rutina con actividades positivas te motivará. Ya sea disfrutando de una taza de café recién hecho o comenzando ese nuevo libro que has estado ansioso por leer, esto te ayudará a esperar con ansias despertarte todos los días. Sea lo que sea que estés haciendo, haz que tus mañanas sean divertidas y lentamente comenzarás a conquistarlas.
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